Por Iván Weissman Senno
El caso Hermosilla salpicó fuerte a la Universidad San Sebastián y, como lo reveló hace una semana esta nota de El Mostrador, al interior de la comunidad universitaria reconocen el costo político que tiene para la casa de estudios el hecho de que varios de los personajes centrales en la investigación, y mencionados de manera extensa en los chats del otrora influyente abogado, trabajen o trabajaran hasta hace pocas semanas ahí.
- Hablamos principalmente del exministro del Interior de Piñera, Andrés Chadwick; los cuestionados miembros de la Corte Suprema Ángela Vivanco y Jean Pierre Matus; el polémico ex Fiscal Regional Metropolitano Oriente, Manuel Guerra; el exministro de Bienes Nacionales de Piñera II, Felipe Ward (imputado), entre otros.
Pero ahora aparece una nueva arista y que tiene a Marcela Cubillos (ex-UDI), al diputado Diego Schalper (RN) y a otros políticos vinculados a la derecha, como protagonistas. Fuentes al interior de la universidad afirman que estos personajes tenían trabajos de docentes con «contratos suculentos», pero que prácticamente no daban clases ni realizaban actividades concretas. «Había hartas situaciones irregulares», señalan.
- Las mismas fuentes revelan que en agosto, después que explotó el caso Hermosilla y comenzaron a aparecer los chats más complicados, la Universidad San Sebastián buscó negociar terminar los contratos en forma ordenada y, así, tratar de poner una barrera, para no ser salpicada todavía más por el escándalo.
- La sospecha es que esta universidad servía como una especie de «sala de espera entre campañas electorales de la derecha», como fuente de «sobresueldos» y, para el caso de Matus, Guerra y Vivanco (y otros), como una plataforma para «influir sobre el Poder Judicial».
Un alto funcionario administrativo de la U. San Sebastián revela que Cubillos –actual candidata independiente de derecha por Las Condes y exministra del Medio Ambiente y de Educación del segundo Gobierno de Sebastián Piñera– tenía un contrato de docente por el que le pagaban $ 17 millones brutos al mes y que se pagó incluso durante todos los periodos en que Cubillos estuvo viviendo en Madrid, acompañando a su pareja, Andrés Allamand, líder de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
- El funcionario dice que era un secreto a voces (y causa de molestia en algunos círculos docentes) que Cubillos prácticamente nunca dio clases durante todo su periodo en la universidad. «Le financiaban la campaña», es la lectura de una de las fuentes.
- El Semanal intentó contactarse con Marcela Cubillos, pero hasta el cierre de esta edición aún no había respondido. La universidad dijo que no iba a referirse al tema.
Otro contrato que genera ruido es del propio Andrés Chadwick. Tiene sueldo como presidente del directorio de la universidad y otro como docente, pero «tampoco se le ve mucho en las aulas», asegura la misma fuente de la administración. Además, una persona cercana al directorio asegura que sus cuatro hijos tienen contratos/trabajan en la universidad.
- El contrato con el ministro de la Corte Suprema Jean Pierre Matus también generó molestias internas. Tenía contrato como investigador académico, lo que sería contrario a la normativa de la Corte, la cual permite que los ministros ejerzan como docentes, aunque con límites de hora, pero no se les permite ser contratados como investigadores. «Matus nunca investigó nada acá y tampoco se le vio mucho en las aulas de Derecho», dice la fuente cercana al directorio.
- Además –agrega la fuente–, cuando explota el caso, Matus tenía licencia en la Corte Suprema por una operación, por tener una pierna quebrada, pero igual siguió cobrando sueldo completo en la San Sebastián.
Otro político con contrato fue el diputado Diego Schalper. Tenía un contrato de 22 horas semanales como docente pero, al igual que con Cubillos y Chadwick, «poco y nada» se le vio haciendo clases. En agosto, cuando la universidad buscó una negociación tranquila y sin ruido para terminar los contratos, Schalper «no fue cooperativo» y buscó la forma de mantenerse en la plantilla.
Fuente: El Mostrador