Por Jair de Souza
Recién he vuelto de un corto viaje a Centroamérica. He regresado con la convicción reforzada de que el sionismo cristiano es el principal instrumento ideológico del gran capital en América Latina en esta época de neoliberalismo salvaje.
Al recorrer nuevamente la zona central de San José, la capital de Costa Rica, pude presenciar escenas que nunca había visto en varios otros viajes de trabajo que había tenido la oportunidad de realizar a esa parte del mundo.
Esta ciudad centroamericana nos expone ahora casos de crueldad social muy similares a los con que nos deparamos al caminar por las calles de las grandes ciudades brasileñas, como São Paulo y Río de Janeiro, por ejemplo.
Otro dato que también me llamó la atención fue el argumento utilizado por un taxista en la corta conversación que tuvimos durante el traslado del hotel al aeropuerto para explicar y justificar tal estado de cosas. Para él, la causa principal de esa degradación social sería la expansión del consumo de drogas por parte de personas que habían perdido la fe en Dios y, por tanto, se habían vuelto incorregibles e inservibles y merecían ser tratadas de manera ejemplar, como, según él, lo está haciendo el actual gobierno de El Salvador.
Sí, el taxista de este caso era afiliado a una de las iglesias neopentecostales creadas en Brasil y llevadas a varios rincones de nuestra América.
Aparte de las similitudes entre este argumento y lo que dicen los bolsonaristas en Brasil cuando abordan el tema de la expansión de la pobreza, ¿dónde encaja el sionismo en esta historia? En verdad, el sionismo penetra por cada poro de este flagelo social. Esto es lo que intentaremos hacer evidente en las siguientes líneas de nuestro texto.
Ante el impacto de la realidad, aproveché las horas de viaje en mi vuelo de regreso para repasar las páginas del libro “Sionistas cristianos – En ruta al Armagedón”, de uno de los mayores conocedores del llamado sionismo cristiano , el reverendo inglés Stephen Sizer, de la Iglesia Anglicana. Fue leyendo este texto que, hace casi veinte años, he podido comprender que el sionismo estaba lejos de ser una ideología única y exclusivamente relacionada con los judíos. De hecho, me enteré que el sionismo había surgido de las iniciativas de los imperialistas y colonialistas cristianos y que, aún hoy, tiene una expresión numérica mucho más significativa entre los cristianos que entre los judíos, en una proporción superior a diez a uno.
En Brasil, están muy presentes los sionistas que apoyan la masacre de niños y mujeres palestinas. Y este sionismo que valida y glorifica el GENOCIDIO del pueblo palestino no es ejercido solamente ni principalmente por personas de origen judío. Lejos de esto, aquí el sionismo se ha extendido a varios otros grupos de personas y, en términos puramente numéricos, su mayor expresión se da entre segmentos vinculados a las iglesias evangélicas, especialmente los neopentecostales, así como entre los llamados católicos carismáticos.
Sin embargo, los postulados socioeconómicos defendidos por el sionismo cristiano van mucho más allá de los grupos preocupados únicamente por cuestiones religiosas. Las propuestas sociales del sionismo cristiano son adoptadas por una gran parte, quizás la gran mayoría, de nuestros medios corporativos, por las principales organizaciones de clase de los sectores capitalistas y por casi todos aquellos que se esfuerzan por velar por los intereses del gran capital en oposición a los de las mayorías populares.
¿Y qué hace del sionismo cristiano una ideología tan en sintonía con quienes ven la defensa de la voluptuosidad del gran capital como su motivación para existir? Esto se debe a que el sionismo en general (y su vertiente cristiana, en particular) está empeñado en exterminar del mundo a todos aquellos que no se someten ni se adaptan al poder y las determinaciones emanadas de los centros de poder a los que sirve. Por tanto, la forma decidida con la que el sionismo israelí se esfuerza por extirpar y eliminar de su seno el contingente de seres superfluos constituido por los palestinos se considera ejemplar y, por eso, digna de imitar.
En las situaciones que prevalecen en el capitalismo neoliberal actual en todo el mundo, hay muchas personas que no están adaptadas o son inservibles para el proceso de reproducción de ganancias de este sistema. En consecuencia, en conformidad con esa visión, no hay nada más conveniente que predicar y ejecutar la eliminación física de aquella parte de la sociedad que obstaculiza el libre flujo de la rentabilidad del capital.
Para su funcionamiento continuo, el neoliberalismo requiere una ideología que vea y transmita los intereses absolutos del capital como la expresión más legítima de la libertad humana. Su implementación sería imposible sin que al menos una porción significativa de la población se le sumara voluntariamente. No es casualidad que el neoliberalismo tenga como su término más apreciado la palabra LIBERTAD. Es libertad absoluta, sí, pero exclusivamente para quienes tienen el poder y la capacidad de disfrutarla, es decir, para los dueños del capital. En otras palabras, libertad para que los capitalistas puedan extraer hasta la última gota de sangre de las masas trabajadoras, pero nunca para que los trabajadores puedan organizarse y luchar para hacer valer sus propios intereses de clase.
No es casualidad que el Estado de Israel sea admirado por todos los amantes del neoliberalismo. El sionismo israelí marca la pauta para los capitalistas de todo el mundo en cuanto a cómo lidiar con los grupos no deseados que surgen del avance del capitalismo en su versión neoliberal. Inspirado en el modelo israelí, el sionismo cristiano aprendió a superar cualquier obstáculo para hacer valer sus intereses mayores, que no son otros que los intereses del gran capital, con el cual está asociado y plenamente integrado.
La ideología dañina del sionismo cristiano actúa para induzir a un número significativo de personas a aceptar y desear la eliminación de aquellos que son considerados indeseables y superfluos. El bolsonarismo es una de las vertientes a través de las cuales se presenta el sionismo cristiano en Brasil. Por lo tanto, ningún bolsonarista se dispone a denunciar las causas que generan las desigualdades sociales. A ningún bolsonarista le motiva poner fin a la explotación de seres humanos por parte de otros seres humanos capitalistas. De manera análoga a sus aliados del sionismo judío, los sionistas cristianos siempre actúan con vista a fomentar comportamientos egoístas, que llevan a las personas a ignorar todos y cada uno de los sentimientos éticos para garantizar sus ganancias personales.
El sionismo cristiano inculca en sus seguidores en los pueblos donde está instalado una filosofía enteramente subordinada a los dictados del gran capital. Por eso, todo debe verse siempre desde una perspectiva individualista, nunca colectiva. Como sabemos, los trabajadores aislados no pueden oponerse con éxito a la fuerza de los empresarios capitalistas. Como resultado, el neoliberalismo recurre al sionismo cristiano y su infame teología de la prosperidad para obstaculizar la acción de quienes proponen la búsqueda de la unidad de la clase trabajadora en sus luchas. No debería sorprendernos que las iglesias que adhieren al sionismo cristiano se encuentren entre las más fervientes defensoras del llamado emprendedurismo. Es con esta ilusión que se pretende proponer una salida individual al agujero socioexistencial al que el neoliberalismo ha empujado a las masas trabajadoras.
El sionismo cristiano y el sionismo israelí trabajan de la mano y están perfectamente en sintonía. Uno depende del otro para imponerse. Si los sionistas cristianos sirven como base de apoyo político para todos los crímenes que el Estado de Israel comete contra el pueblo palestino, a su vez, el sionismo israelí y sus instituciones establecidas fuera del Estado de Israel se esfuerzan por generar condiciones favorables para el fortalecimiento y expansión de las iglesias adeptas al sionismo cristiano en otros países.
Teniendo en cuenta lo que acabamos de exponer, no es difícil entender por qué hay un clamor generalizado de todos nuestros medios corporativos, de todos los líderes del bolsonarismo y de todas las asociaciones sionistas vinculadas al Estado de Israel por el hecho de que el gobierno brasileño encabezado por Lula haya respaldado la propuesta emanada de Sudáfrica de condena vehemente al Estado de Israel por los horrendos crímenes de genocidio que se cometen contra la indefensa población palestina, en especial contra niños y mujeres.
Es cierto que ya estamos más que conscientes de que todos, repito para que no quede duda en cuanto a quién me refiero, TODOS los sionistas, cristianos y no cristianos, religiosos y no religiosos, están comprometidos y empeñados en justificar el exterminio del pueblo palestino.
En lo que me toca a mí, quiero y voy a permanecer en el lado opuesto.
Publicado originalmente en portugués en: https://www.brasil247.com/blog/sionismo-cristao-principal-instrumento-ideologico-do-neoliberalismo