La guerra provocó alrededor de 39 millones de toneladas de escombros, y cada metro cuadrado de la Franja contenía más de 107 kilogramos de despojos.
La masacre israelí en la Franja dejó impactos ambientales sin precedentes, notificó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Al respecto, el organismo demandó poner fin a las hostilidades para proteger vidas y ayudar a mitigar los efectos de la guerra.
De acuerdo con una evaluación preliminar del PNUMA, Gaza está expuesta a un rápido aumento de la contaminación de la tierra, el agua y el aire, y corre el riesgo de que sus ecosistemas naturales queden expuestos a daños irreparables.
La guerra provocó alrededor de 39 millones de toneladas de escombros, y cada metro cuadrado de la Franja contenía más de 107 kilogramos de despojos.
El programa también advirtió de los riesgos de las referidas ruinas para la salud de la población y el medio ambiente, junto con el polvo, las municiones sin detonar, el amianto, los residuos no industriales y médicos y otros materiales peligrosos.
La polución del suelo y las fuentes de agua representan otra amenaza para los habitantes del enclave.
Para la directora ejecutiva del PNUM, Ingrid Anderson, el creciente daño ambiental resultante de la guerra en la Franja de Gaza encierra a los ciudadanos en un largo y doloroso camino de recuperación.
Otro informe de Naciones Unidas confirmó la utilización de bombas guiadas, entre dos mil y 250 libras en al menos seis ataques entre el 9 de octubre y el 2 de diciembre del año pasado.
Las referidas incursiones tuvieron como objetivo edificios residenciales, una escuela, campamentos de refugiados y un mercado.
Fuente: HispanTV