Las mujeres palestinas han sido la columna vertebral de la resistencia a la ocupación. Esto está plasmado en el cortometraje “Mujeres palestinas” de la cineasta libanesa Jocelyne Saab. No es casual que las mujeres entrevistadas ocupen en tareas que van desde cuidados hasta la lucha armada directa. ¿Pero como ver estas imágenes a la luz de genocidio que estamos presenciando? Se ha celebrado el Dia internacional de la Mujer mientras se transmite en vivo como pobladores de Gaza mueren aplastados por la propia “ayuda humanitaria”. Este reciente 8M nos dejó la terrible cifra de 63 mujeres asesinadas por día en manos del ejército israelí desde la invasión a Gaza y en donde casi es nula la información de la resistencia palestina debido a cerco informativo hegemónico. La “niebla de guerra” tiene que ocultar, mentir y justificar el fin. Nos podemos imaginar la lucha de la mujer palestina hoy porque ellas han vivido esta experiencia reiteradas veces. Son estos 16 minotos de testimonios que valen la pena ver.
Recientemente la asociación que lleva el nombre de la cineasta libanesa liberó cuatro de sus obras. En esta nota te acercamos el link de la mencionada “Mujeres palestinas” subtitulado al español. Este cortometraje de 16 minutos que fue realizado bajo el auspicio de la televisión francesa y que sufrió censura al extremo de nunca ser emitida. Saab fue perseguida por sus documentales que centraron su atención en la luchas de los pueblos de Medio Oriente.
En el 2015, Saab comentó el cortometraje: “En 1973 produje Mujeres palestinas para Antenne 2. Quería ofrecer imágenes de estas mujeres, las combatientes palestinas en Siria, que tenían tan pocas en ese momento. Estamos justo antes de la visita de Sadat a Israel y la situación es muy tensa. Mientras montaba la película en Antenne 2, Paul Nahon, entonces jefe de la redacción extranjera, me agarró por el cuello y me sacó de la sala de montaje. Las mujeres palestinas permanecieron en el plato y nunca aparecieron en televisión”.
Y no fue un accidente que en 1982 el ejército israelí destruyó el archivo cinematográfico de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) durante un bombardeo en Beirut. Las obras de Saab eran parte de este archivo. Algunos intelectuales llamaron esto un “memoricidio”, el querer borrar la historia de los pueblos. Las filmaciones de Saab recogen testimonios de variadas luchas en Medio Oriente dando particular atención a la mujer.
Las mujeres han ocupado la retaguardia del pueblo palestino, pero también la ofensiva cuando hubo espacio para tomar las armas. Esconder heridos, mensajes o pertrechos fue algo habitual. Las historias pueden ser similares al roll de la mujer durante la ocupación fascista en Europa. Pero una de sus fortalezas es ser “portadoras de la autenticidad cultural”. Ser las responsables de transmitir y mantener la cultura y el patrimonio palestino a través de la transmisión de la historia oral. En las ocasiones más extremas del conflicto han sabido educar, sanar y alimentar a la sociedad palestina contra todo pronóstico. Uno de los méritos reconocidos fue evitar que la población caiga en el analfabetismo a pesar de las prohibiciones de la ocupación. No es casual que en los peores momentos han logrado sortear bloqueos y garantizar el alimento mínimo para la subsistencia. Quizá hoy, mientras las bombas caen sin cesar. Mientras hay un bloqueo férreo de alimentos que atestiguan el genocidio contra la sociedad civil, sean las mujeres organizadas quienes tengan el protagonismo para evitar aún más muertes.
Jocelyne Saab vio todo esto y más. Fue la facción del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) dentro de la OLP que las mujeres participaron activamente en la lucha armada en la década del 60. Conocida es la historia de Shadia Abu Gazela, fundadora del FPLP quien luego de varias operaciones fallecio mientras confeccionaba explosivos. Quiza este cortometraje se acerque al relato contado por la poeta y militante de Fatah, May Sayigh en torno a la disposición y a la lucha de las mujeres para poder empuñar las armas:
“Todas las mujeres, a pesar de ser amas de casa, decidieron que querían recibir entrenamiento militar. Nosotras también podemos ser fedayeen, ¡no es algo que sólo los hombres pueden ser! Pedimos entrenamiento militar para las mujeres. Abrimos el primer campamento de entrenamiento militar para mujeres. Grandes cantidades de mujeres casadas, solteras e incluso embarazadas se alistaron. Después de que abrimos el primer campamento se abrieron otros en Amman, Irbid y Salt. Luego del entrenamiento empezamos a pedir estar armadas. Éste era un tema muy difícil para el Comité Central y ellos dijeron que era imposible. Preguntamos por qué era imposible. Les dijimos que las mujeres se habían entrenado como los hombres. Las limitaciones sociales que prevenían a las mujeres ser activas fuera de sus casas estaban cayendo de a poco. Les dijimos que no estábamos pidiendo que las mujeres fueran al frente, sino que al menos pudieran defender los campamentos. Fue una etapa muy difícil. Los campamentos estaban amenazados por ataques israelíes. Se negaron. Fui a ver a Abu Ammar [Yasser Arafat] y lo convencí de mi punto de vista. Le dije que cuando las mujeres llevan armas, sienten su individualidad y son verdaderas luchadoras. Abu Ammar entonces calló a toda la oposición y ordenó armar a las mujeres. Tendrías que haber visto la primera noche que nos dieron las armas; armas nuevas aún envueltas en plástico. Las mujeres de Wehdat se quedaron toda la noche limpiando la grasa de las armas y cantando canciones revolucionarias. Fue un momento de victoria muy dulce para la lucha de las mujeres palestinas”.