Pepe Escobar
La ONU se ha convertido en una parodia de sí misma. Cuando los líderes mundiales se reunieron en Nueva York, Gaza, Líbano y Palestina no figuraban en ningún punto del orden del día
Pero un pacto estadounidense diseñado para proteger el «orden basado en reglas» ocupaba un lugar destacado.
La incapacidad -y la falta de voluntad- de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad para detener un genocidio retransmitido en directo las ha desacreditado más allá de cualquier redención posible. Cualquier resolución seria que inflija serias consecuencias a la psicopatología mortal de Israel fue, es y será bloqueada en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El pasado domingo y lunes se produjo un espectáculo surrealista en Nueva York justo antes de la 79ª Asamblea General anual, donde los jefes de Estado se reunieron para pronunciar sus elevados discursos en el podio de la ONU.
Los Estados miembros adoptaron un Pacto para el Futuro, con 143 votos a favor, sólo siete en contra y 15 abstenciones. El diablo está en los detalles, por supuesto: ¿quién lo diseñó y aprobó?, ¿cómo llegó al primer lugar de la agenda mientras el mundo arde y por qué nos huele a rata (gigante)?
La maquinaria de relaciones públicas de la ONU anunció, alegremente, que el
resultado clave de la Cumbre del Futuro es una oportunidad única en una generación para conducir a la humanidad por un nuevo rumbo hacia nuestro futuro común.
Bonito lenguaje, pero para ser claros, esto no se parece en nada al concepto chino, inclusivo y filosófico de ‘comunidad de un futuro compartido para la humanidad’. Se asemeja más al futuro común previsto por la plutocracia atlantista que gobierna el llamado ‘jardín’ (de Borrell), que solo produce dictados para la ‘jungla’.
El voto de China, Rusia e Irán
El Primer Representante Permanente Adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, resumió la iniciativa con acierto:
Las Naciones Unidas infringieron sus propios principios para complacer a un grupo de delegaciones del "hermoso jardín", que han usurpado las conversaciones desde el principio. Y la mayoría de la "jungla", como un rebaño, no tuvo el valor suficiente para protestar y defender sus derechos. Ellos serán los responsables de las consecuencias.
Varios diplomáticos, hablando extraoficialmente en un tono bastante desconcertado, confirmaron que en realidad no hubo negociaciones serias previas y que el Pacto se adoptó por consenso con un grupo minimalista de sólo siete naciones -todas ellas de la «jungla»- que intentaron oponer resistencia, descartando el texto preparado y sin añadir enmiendas de última hora.
Incluso el flamante Presidente de la Asamblea General de la ONU, Philemon Yang, intentó hacer algo. Los resistentes propusieron a Yang que pospusiera la votación hasta que se acordaran todas las disposiciones, en concreto las relativas al desarme y al papel injerencista de las ONG en la labor del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH.
Pero el «jardín» aplicó toda la presión para imponer el Pacto, y los que se resistieron reaccionaron con muy poco y demasiado tarde.
Algunos diplomáticos africanos se quejaron, extraoficialmente, de que sus países eran contrarios al Pacto, pero votaban «por solidaridad». Eso es código para ser intimidados o, de hecho, sobornados por el «jardín».
Y ahora viene lo decisivo. Tanto Rusia como Irán votaron «No». Y China se abstuvo.
En resumen, los tres estados civilizados clave, que resultan ser los principales impulsores de la integración de Eurasia y posiblemente los tres miembros más importantes del BRICS, rechazaron el Pacto fabricado por el jardín. La razón clave no expresada es que este Pacto está en última instancia en contra de los BRICS y del surgimiento de un segundo polo global.
Un indicio claro son las referencias directas que se hacen en el Pacto al «orden internacional basado en reglas», el mantra de los hegemones. El Pacto fue hábilmente diseñado para aislar a los principales Estados civilizados y dividir al BRICS desde dentro: el clásico divide y vencerás.
En cuanto al verdadero pacto para el futuro de la Mayoría Global, pronto empezará a discutirse seriamente, no en la ONU, sino en la cumbre anual de los BRICS en Kazán (Rusia) el mes que viene.
¿Qué Gaza?
A pesar de que el edificio de la ONU acoge al mayor grupo de líderes mundiales reunidos en un año, no se está haciendo absolutamente nada sobre el genocidio de Gaza y la expansión de la guerra de Israel al Líbano. Esta sorprendente inactividad ante la crisis humanitaria más acuciante del planeta ha dejado atónitos incluso a los «jardineros» del Golfo Pérsico, que suelen aferrarse a los dictados de EEUU en la mayoría de las cosas.
El subsecretario general de Asuntos Políticos y Negociación del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abdel Aziz Aluwaisheg, ha escrito incluso un editorial en el que señala el delirio de Biden, al «afirmar que el sistema internacional funciona y que EEUU, en particular, lo mantiene unido», el único jefe de Estado que ha hecho esta afirmación en el podio este año.
En su columna titulada » El defectuoso discurso final de Biden en la Asamblea General de la ONU», Aluwaisheg revela:
En las reuniones de alto nivel que se celebran estos días en Nueva York, como la 'Cumbre del Futuro', los participantes coinciden en que el sistema de la ONU está roto y necesita una reforma, o incluso una revisión.
Y añade:
Visto desde el punto de vista de una superpotencia con derecho de veto, el sistema funciona. Puede detener cualquier acción que no le guste y secundar las decisiones que apruebe. ¿Qué podría ser mejor? Pero el mundo se ve diferente desde la perspectiva de los indefensos refugiados de Gaza, acurrucados junto a las ruinas de sus hogares, que han perdido a numerosos miembros de su familia y que podrían ser asesinados en cualquier momento por una fuerza militar muy superior no controlada por la ONU y apoyada por sus miembros más poderosos.
La ONU se convierte en un anexo de Davos
Todo el edificio de la ONU en la ciudad de Nueva York ha quedado reducido a un monolito que celebra el abatimiento y el cinismo, a medida que queda meridianamente claro para cualquier cuerpo diplomático que el genocidio de Gaza y ahora su extensión al Líbano cuentan con el pleno apoyo del sindicato criminal occidental, dirigido por el sionismo anglonorteamericano.
En este aspecto, cualquier votación en la ONU debería considerarse irrelevante. Toda la estructura de la ONU debería considerarse irrelevante.
El Pacto debe leerse por cuenta y riesgo propios. Es una ensalada de palabras cliché que mezcla la señalización virtual desenfrenada con un refrito de viejas políticas de acuerdos muertos como el acuerdo comercial TPP de la era Obama, además de una iniciativa de Digitalización Global redactada originalmente, en tesis, por los gobiernos de Alemania y Namibia.
Sin embargo, los verdaderos redactores fueron los sospechosos habituales: Big Tech y Big Finance, ejecutores del «orden internacional basado en reglas».
Este futuro previsto para la humanidad -a diferencia del espíritu comunitario chino- es una apoteosis de la Cuarta Revolución Industrial, procedente directamente de la pandilla de Davos, personificada por el Foro Económico Mundial (FEM).
Estos son los actores que supervisaron las «negociaciones» previas, inexistentes, remontándose al fatídico acuerdo de cooperación entre la ONU y el Foro Económico Mundial (FEM) firmado en julio de 2019, pocos meses antes de la era Covid.
Este acuerdo, como ha señalado el analista Peter Koenig, es ‘ilegal’, ya que «la ONU no puede firmar acuerdos con ONGs, pero de facto irrelevante en un mundo ordenado por reglas». En la vida real, configura a la ONU como un mero anexo de Davos.
Así pues, bienvenido a tu futuro distópico, que ahora está incluso plasmado en papel. No en papel, lo siento, eso está muy pasado de moda: en escritura digital.
¿Hay salida? Sí. La Resistencia Global, poco a poco, se está convirtiendo en una fuerza cohesiva y transcontinental, gran parte de su alcance y profundidad se debe a una China cada vez más asertiva.
Los BRICS están decididos a desarrollar poderosos nodos interconectados capaces de dirigir a la Mayoría Global hacia un futuro equitativo, habitable y no distópico. Todas las miradas puestas en Kazán en octubre.
The Cradle / observatoriodetrabajadores.wordpress.com
Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/la-onu-no-protegera-a