Los expertos en IA remarcan que su uso ya es algo que se instaló en el mundo como una nueva manera de hacer política. En ese sentido, disciernen sobre la capacidad de viralización del contenido “fake” versus el real.
La inteligencia artificial al servicio de las campañas políticas puede generar un cambio radical en la política nacional y mundial. Aún con sus beneficios, se puede transformar -si no lo ha hecho ya- en el mejor aliado de la desinformación.
Las recientes elecciones en Estados Unidos son un ejemplo. El pasado lunes 2 de septiembre, en plenas campañas de Donald Trump y Kamala Harris, Elon Musk, el dueño de X, publicó una imagen de la candidata demócrata con un uniforme soviético generado por IA. Esto, sin mencionar el uso de dicha tecnología.
El propio Trump, previo a la Convención Demócrata, compartió una imagen de Kamala Harris pronunciando un discurso con una bandera comunista de fondo. Ambas imágenes fake se visualizaron más de 163 millones de veces solo en la plataforma X.
Un escenario que la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Casa de Estudios, Ana María Castillo, afirma en diálogo con Radio y Diario Universidad de Chile que ya “no es algo que podamos decir que es nuevo, ya lo venimos viendo hace bastante tiempo en muchas elecciones”.
La también codirectora del Núcleo de Inteligencia Artificial, Sociedad, Información y Comunicación de la Universidad de Chile afirma que la IA “tiene un impacto bien interesante en la política en general”. “Es clave pensar en las potencialidades. Hay un real potencial en el tema del análisis de datos, en la masificación de datos en tiempo real, pero también es clave pensar en cómo esa personalización de contenidos puede de alguna manera modificar la percepción que tenemos de las campañas y por ahí alterar los resultados de votos”, expone la especialista en inteligencia artificial.
Sobre lo anterior, remarca, no se da en “los resultados ya emitidos de las votaciones, sino previamente cuando estamos a punto de tomar la decisión de por quién votar”. “Ahí puede impactar mucho tener una información demasiado personalizada”, postula Castillo.
Para el asesor científico de la Fundación Encuentros del Futuro y profesor en el Departamento de Ciencias de la Computación de la U. de Chile, Tomás Vera, el fenómeno de la “viralidad” de este tipo de contenidos tiene estrecha relación con que “como humanos la curiosidad nos invita a poder replicar un video o imagen que nos representa de una manera”.
Si bien la dimensión sobre el impacto de la IA en la difusión de información aún es incalculable, sí hay consensos entre los expertos en que: permite de manera más fácil y barata distribuir “fakenews”, y que la información falsa se viraliza más rápido que la fidedigna.
“Muchas veces por ver algo en redes sociales o en un medio particular no nos cuestionamos el origen de esa imagen o la fuente de la noticia que nos están mostrando”, afirma, recalcando la importancia del “pensamiento crítico” frente al contenido al que nos enfrentamos.
¿Cómo funciona el algoritmo?
Sin duda, la pregunta qué surge es cómo y por qué este contenido es más viral que uno “real”. Al ser consultado por nuestro medio, Tomás Vera detalló cómo opera el algoritmo en redes sociales para facilitar esta difusión del contenido. En primer lugar, enfatiza que este no va a detectar si la imagen o video es “fake”
“Acá hay varios algoritmos dando vueltas”, parte explicando el experto. “El primer algoritmo es el que genera la imagen. A ese efectivamente se le podrían poner restricciones para que, por ejemplo, no diseñe, no escriba o no desarrolle una imagen o un video de ciertas características”, prosigue Vera. Frente a esto, da como ejemplo la inteligencia artificial generativa que limita a ChatGPT para que cree imágenes racistas o con contenido “deepfake” para adultos, entre otros.
“El segundo algoritmo que tenemos son los que promueven imágenes en nuestros timelines”, dice Tomás Vera refiriéndose a aquel que predomina en las redes sociales. “Lo que hacen es reconocer muy bien nuestros gustos. Pero efectivamente, no validan si es verdad o es falso, simplemente proponen contenido”, alertó el especialista.
En su boletín Synth, el periodista y experto en IA generativa, Gerald Holubowicz, señala esta nueva realidad como “una forma de revisionismo visual”.
El cambio en el debate político en redes sociales
Con este escenario a futuro, los expertos en el tema temen por las eventuales consecuencias de la llamada “hiperpersonalización” del contenido. “Está tratando de cambiar la percepción de la realidad, invocando la duda, la sospecha, y la desconfianza”, postula Holubowicz.
“Lo preocupante no es tanto el ejercicio, el intento de corromper las mentes y la narrativa de campaña, sino a largo plazo, la destrucción poco a poco de una realidad común en la que podamos estar de acuerdo”, complementó el especialista en manipulación de la información.
La Inteligencia Artificial está tan presente en el mundo político a nivel global, que se encuentran ejemplos como el Partido Sintético, en Dinamarca, liderado por una IA. Asker Staunaes, creador del partido, afirmó que el uso de esta tecnología tiene como objetivo dar voz a aquellos partidos marginales y además de crear conciencia sobre el papel de la IA en nuestras vidas, y de la necesidad de responsabilizarle sobre temas políticos.
En su reflexión, Tomás Vera insiste en que “sin regulación, sin herramientas prácticas y sin pensamiento crítico, la información generada por IA es percibida como verdadera”.
“Entonces decir o ignorar que este tipo de herramientas comunicativas no tiene el poder de cambiar una percepción o cambiar un voto, es tapar el sol con un dedo”, agregó.
Ana María Castillo visualizó en ese sentido uno de los principales problemas de las campañas políticas en el mundo digitalizado. “Cada vez importa menos el hecho o el dato, y cada vez importa más el sentimiento y la emoción, que es el componente irracional de la política”, aseveró la académica.
Es por ello que alerta sobre las brechas digitales que se están produciendo ya frente al acceso a información en el mundo de internet. “Gente que simplemente tiene una mala conexión, y a propósito de eso se queda un poco fuera de un espacio de campaña que hoy día son las redes sociales”, comentó.
“Esa es la primera transformación que vive nuestra comunicación política hoy día. Que todo el ámbito de intercambio se produce en redes sociales. Y los medios tradicionales lo que hacen es hacer eco de lo que está pasando en redes sociales, con todos los problemas que tienen las redes sociales al ser compañías privadas que tienen sus propios sistemas de filtro de datos y de algoritmos de personalización”, apuntó Castillo.
“Entonces estamos jugando en una cancha que no es pareja. No todo el mundo tiene el mismo acceso, no todo el mundo tiene la misma alfabetización digital”, finalizó la académica.