Por Interferencia
La investigación fue coordinada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística y contó con la participación de 12 medios de 10 países de América, con Interferencia cubriendo el capítulo chileno. “Constatamos que a medida que han crecido las protestas, el negocio de la represión con estas armas no letales ha florecido y que, en manos de las policías, ha dejado una estela de dolor, decenas de heridos graves y, también, muertes. Todo lo que se suponía que las armas no letales querían evitar”, explica María Teresa Ronderos, directora del proyecto.
A Juan Pablo lo mataron en Venezuela. Kenneth perdió su ojo derecho en Guatemala. Edvaldo fue asesinado en Brasil. A Fabiola le quitaron su visión en Chile. Todos ellos comparten tanto al elemento como al agresor detrás de sus lesiones: armas “no letales” empleadas por la policía.
Las víctimas, el armamento, las protestas y el negocio de la represión son los protagonistas del nuevo libro del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (Clip). Humo en la Calle (Ed. Aguilar) devela lo que hay detrás de la multimillonaria industria de las armas no letales, en una investigación dirigida por el Clip que contó con 12 medios periodísticos de Chile, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Guatemala, México y Estados Unidos. Interferencia fue el medio responsable del capítulo chileno. (Puede comprar acá el libro).
“Con esta jugosa evidencia podemos decir que, entre 2017 y 2022, armas no letales le causaron la muerte a por lo menos treinta y tres personas y ocasionaron heridas de gravedad, que les dejaron secuelas de por vida, a otras ciento setenta personas».
“Constatamos que, en efecto, a medida que han crecido las protestas ciudadanas en el continente, el negocio de la represión con estas armas no letales ha florecido y que, en manos de las diversas fuerzas policiales, han dejado una estela de dolor, miles de lesionados y decenas de heridos graves, traumas psicológicos y, también, muertes. Todo lo que se suponía que las armas no letales querían evitar”, explica la periodista María Teresa Ronderos, directora de Clip y quien encabezó el proyecto.
La investigación incorpora peticiones de información a múltiples gobiernos y empresas; análisis exhaustivo de horas de videos y fotografías en protestas; y entrevistas en profundidad a víctimas, expertos, proveedores de armas e intermediarios.
“Con esta jugosa evidencia podemos decir que, entre 2017 y 2022, armas no letales le causaron la muerte a por lo menos treinta y tres personas y ocasionaron heridas de gravedad, que les dejaron secuelas de por vida, a otras ciento setenta personas. La mayoría de estas víctimas cayeron en medio de manifestaciones ciudadanas y movilizaciones callejeras. Casos no denunciados, documentados o registrados en las bitácoras oficiales podrían elevar esa cifra”, indica María Teresa Ronderos en el prólogo del libro