“No contamos con una cartografía para leer este momento del mundo”.
Andrés Malamud
Politólogo
Investigador principal en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa
Mientras el mundo asiste atónito a un acontecimiento sin precedentes, dado que una Inteligencia Artificial (The AI Scientist) ha logrado superar controles de seguridad humanos tras alterar su propio código – vale decir, auto reprogramarse -, en nuestro país escalan otras perplejidades. El veto de Javier Milei a la Ley de movilidad jubilatoriaha creado un gran debate entre los sectores más progresistas y los más conservadores de la sociedad. Pero también parecería estar escandalizando a una importante porción de votantes libertarianos.
Como se recordará, con 61 votos afirmativos y 8 negativos, el Senado de la Nación aprobó la nueva disposición, que aumenta 8% los ingresos de jubilados y pensionados, y garantiza un haber mínimo de 1,09% de la canasta alimentaria. Sin embargo, la Oficina del Presidente no demoró en publicar un duro comunicado en el que se aduce que la medida “tiene como único objetivo destruir el programa económico del Gobierno”.
En consecuencia, una dramática paradoja vuelve a instalarse en el país: Así como durante los convulsionados años 70s muchos padres debieron enterrar a sus hijxs, dada la fuerte influencia de La Libertad Avanza sobre una amplia franja de jóvenes, al parecer son los abuelxs más que lxs nietxs quienes hoy encabezan la lucha contra la depredación socioeconómica en curso.
No obstante, el Palacio continúa radicalizando con más prisa que pausa sus políticas decididamente antipopulares.
El Primer Mandatario acaba deconfirmar que en diciembre se terminará definitivamente con el “nefasto” Impuesto PAIS, luego de bajar 10 puntos el arancel, que pasó del 17,5% a 7,5%. Además, deslizó una crítica a los industriales por los subsidios y exenciones que tuvo el sector en los últimos años y prometió”un boom industrial genuino”.
Lo hizo en el acto de la Unión Industrial Argentina, realizado por el Día de la Industria, en el que también expuso el titular de la entidad, Daniel Funes de Rioja.
Milei advirtió que las industrias argentinas en los últimos años “se volvieron cada vez más dependientes del Estado” y que ese proceso comenzó a mediados del siglo pasado cuando “se decidió que todo se tenía que producir acá”, pero quepara “proteger a la industria, se le robó al campo”.
El mimo para atemperar el ánimo de los empresarios provino del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien presentó ante el sector privado y el ex ministro Domingo Cavallo las amplias posibilidades que en lo sucesivo tendrá para echar personal, apenas entre en marcha su reforma laboral: “Van a poder diseñar el sistema de despidos que quieran”, celebró.
Pero no todo se presenta color de rosa para el flamante funcionario, ya que poco después Luis y Santiago Caputo le ganaron la pulseada por el control y la administración del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, que el gobierno espera que signifique el manejo de miles de millones de dólares. El oficialismo había reglamentado gran parte del RIGI, pero llamativamente no había avanzado en una cuestión clave como la conformación de la comisión evaluadora que tendrá que determinar qué proyectos cumplen los requisitos para acceder a los beneficios del programa.
En ese escenario atravesado por la interna que vive la Casa Rosada tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dejó trascender que habló con el presidente y planteó la necesidad de llegar a “acuerdos parlamentarios” para avanzar en las iniciativas que tiene previstas para llevar adelante sus políticas de gobierno.
“Tenemos algunos contratiempos y lo vamos a solucionar, como lo hicimos con la Ley Bases, que primero tuvimos un fracaso, pero después la pudimos aprobar”, sostuvo poco antes de participar de la cena de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA)
Haciendo caso omiso del berenjenal que atraviesa el gobierno, y aunque todavía falta casi un año para las próximas elecciones, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, viene acelerando el armado de La Libertad Avanza en todo el país, y ahora se concentra en la provincia de Buenos Aires, donde está planificando un acto para “mostrar músculo político” y comenzar a disputarle el poder al gobernador Axel Kicillof.
A ese respecto, cabe destacar que una encuesta de Synopsis reveló que la imagen negativa de la funcionaria ya roza el 60% y que la imagen positiva de su hermano el presidente bajó al 41,9%.
El sondeo revela un dato preocupante para la Rosada, que es la pésima imagen que acumuló en tan solo 9 meses “El jefe”, como le dice Javier Milei a su hermana, la pieza más importante del gobierno libertariano.
Karina, que es la armadora nacional de La Libertad Avanza y posible candidata a jefa de gobierno en la Ciudad, tiene menos del 25% de imagen positiva. Su rechazo es aún superior al de Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Milei, en tanto, acumuló para agosto una imagen negativa del 52 por ciento, tres puntos más que el mes anterior. Su imagen positiva cayó un punto y medio respecto de julio.
La encuesta también midió el índice de “paciencia” de la gente, que cayó más de cuatro puntos de julio a agosto. Según Synopsis, sólo el 34,2 está dispuesto a esperar “mucho más” que el gobierno de Milei produzca resultados.
Por lo demás, si “realidad mata relato”, habrá que concluir en que el gobierno está lejos de tenerlas todas consigo. De hecho, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA)publicó un nuevo informe que reveló que al término del primer semestre del año el 55,5% de la población era pobre, y 17,5% indigente.
Aunque el discurso oficial se empeñe en afirmar lo contrario, estos incrementos se deben en gran parte al impacto de la inflación de los últimos meses y la suba principalmente en el rubro alimentos, que afectó a los estratos más bajos de la sociedad.
Además, a los libertarianos se le suman complicaciones de diverso cuño, como la denuncia ante la CIDH por su política de asfixia contra la Universidad de las Madres, solicitando que el organismo regional dicte una medida cautelar urgente.
La presentación fue hecha por abogados argentinos, colombianos y brasileños, y contó con el aval de Carmen Arias, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, y de Cristina Caamaño, rectora de la casa de estudios.
Desde la oposición también se van moviendo algunas fichas. La salida de tropas nacionales y el ingreso de extranjeras para ejercicios conjuntos quedará demorada por ahora en el Congreso, situación que se repite con asiduidad, al menos en los últimos 20 años. La aprobación que dio Diputados para el plazo comprendido entre el 1 de septiembre del corriente año y el 31 de agosto de 2025 fue bloqueada por el kirchnerismo en el Senado: el Frente de Todos no presentó un dictamen de minoría anunciado semanas atrás por la cristinista y vicepresidenta de la Cámara alta, Silvia Sapag, y tampoco envió a sus representantes para la comisión de Defensa, una de las dos encargadas de analizar este tema.
Fuera del ámbito parlamentario, en un encuentro que promete tener repercusiones dentro del movimiento peronista, el dirigente y periodista Santiago Cúneo, director de Canal 22 Web, se reunió con Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, para abordar la reorganización del peronismo a nivel nacional.
Casi como único remedio de sus males, los libertarianos continúan imponiendo en La Calle la Ley del Garrote.
Pese a ello, tal como se anunció en una conferencia de prensa conjunta de la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, el Frente Sindical, la Corriente Federal de la CGT y la UTEP,en un marco deduras críticas a la política económica y al veto de Milei contra el aumento a las jubilaciones mínimas,se resolvió convocar para el 12 de septiembre frente al Congreso en señal de repudio a la antipática medida.
Aun así, crece el estupor y la confusión en las regionales de la CGT por la parálisis de la conducción, en virtud de que la Central hace más de un mes que rompió el diálogo con el gobierno, pero no reunió a sus cuerpos orgánicos para definir un plan de lucha, y dicho malestar abona al fantasma de una fractura.
Al mismo tiempo, los medios hegemónicos proclaman la derrota de un movimiento piquetero presentado ante la opinión pública como horda de planeros, masa crítica condenada al padecimiento y desarme ideológico, incluso durante los años de auge progresista.
Cada vez es más frecuente que los sectores empujados a la miseria y la desesperación por “el ajuste más grande de la Historia” se pregunten “porqué no estalla la bronca si estamos peor que en 2001”. La respuesta bien podría graficarse apelando a una imagen circense: Porque ahora el equilibrista no tiene red de contención debajo. En otras palabras, al reflujo y la fragmentación social actuales se suma un inédito descrédito en la clase política que rigió nuestros destinos desde la recuperación de esta democracia de bajísima intensidad (baste con revisar el ping pong en redes del Primer Mandatario y la viuda de Néstor Kirchner para dimensionar la escualidez del debate en que nos vemos embarcadxs), de modo que, hasta nuevo aviso, ningún sector en lucha – ni el más radicalizado – se aviene a pasar a una ofensiva… capaz de convertirse en salto al vacío.
Ante ese panorama, nunca está de más volver a interrogarnos acerca de cómo llegamos hasta aquí.
El matrimonio entre la pandemia y las nuevas derechas
Muchxs recordarán que durante el primer tramo de la cuarentena que impuso la reciente pandemia generada por el COVID – 19, peste natural o inducida, pero que indudablemente el capital financiero trasnacional aprovechó para resetear a su favor el mundo que nos toca, algunxs desprevenidxs – seguramente de buena fe – quisieron ver, en el despoblamiento del espacio público y la irrupción de animales silvestres o el clareamiento de cielos y espejos de agua, alguna esperanza de mayor calidad de vida.
Hoy queda claro que la moraleja fue otra.
Pero bien vale tomar distancia por un instante del apaleamiento de jubiladxs y la exacerbación de una legislación anti obrera, para repensar las consecuencias que trajo en todo el orbe esa prolongada interrupción de una cotidianeidad acostumbrada, para detenernos a considerar cómo la capitalizaron los dueños del planeta.
Siguiendo la lógica compartida por el intelectual autonomista italiano Franco “Biffo” Berardi y el filósofo argentino Diego Sztulwark, sobrelo caracterizable como conjuntivo (analógico, de carácter sensible, y vinculado a la presencialidad), debemos asumir que terminó prevaleciendo lo conectivo (virtual y de carácter racional), lo cual equivale a decir que, sobre la empatía (generada por la vinculación directa), se impuso un conjunto de signos pre compatibilizados por el algoritmo, que ha reforzado el control del poder sobre nuestra vida pública y privada.
Los pensadores antes citados caracterizan a dicho fenómeno como parte de un proceso de demolición del pensamiento humano.
Efectivamente, abundan indicadores acerca de que el confinamiento contribuyó a deserotizar vínculos y quebrar contratos sociales. Es más, podría afirmarse que hemos salido de la cuarentena, pero no así del “encierro” digital, lo cual se corrobora – entre otros datos – en el teletrabajo o el 50% de desgranamiento en la asistencia escolar post pandemia.
A propósito de esto último, “Biffo” subraya con sagacidad un fenómeno inquietante: “Cada vez hay más chicos que aprenden el lenguaje en la esfera digital, más que en el vínculo con su madre”.
En esto consiste lo que el economista griego Yanis Varoufakis ha denominado tecnofeudalismo: La tecnología al servicio de una minoría global.
Trasladando este hilo de pensamiento a la esfera política de nuestro país, bien podría pensarse que, así como en 2001 se produjo una irrupción desde abajo y con predominio asambleario, entre 2023 y 2024 se produjo otra desde arriba y con predominio de las redes sociales.
Es aquel, en consecuencia, el escenario que deberíamos ser capaces de volver a gestar, dado que en las crisis desde abajo se produce la irrupción de los sujetos anti sistémicos.
Y, como bien dice Sztulwark, en este momento “nada de la política nos habla” a nosotrxs. Y no advertirlo es un síntoma de desesperación social
En consecuencia, hará falta mucha valentía para transitar este momento sin alternativas a la vista. También audacia. Porque nuestro lenguaje no es el de las redes sino el del afecto
Puede entreverse un brillo de esperanza ante semejante opacidad: Acaso estemos viviendo el “canto del cisne” de los progresismos inconducentes. Si ello allana el camino hacia una democracia directa, será una novedad digna de celebración.
Al fin y al cabo, en Argentina no hay más que dos opciones: Patriotas o garcas.
Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2024/09/09/guerra-abierta-contra-la-clase-trabajadora/