Por Claudia Cecilia Barrionuevo
En Congreso miles de mujeres y disidencias volvieron a salir a las calles a gritar contra los femicidios, que ya ocurre un asesinato cada 24 hs, contra los lesbicidios, recordando el crimen a las lesbianas Pamela, Roxana y Andrea, además de Sofía que está todavía recuperándose. Compartimos una nota de Cecilia para este día.
3J visceral
¡Norita Cortiñas, presente! ¡Ahora y siempre!
La lucha por los derechos humanos y los territorios, es visceral
decía Nora Cortiñas, “la que estaba en todos lados donde se necesitara”.

Visceral: este es el país de las Madres de Plaza de Mayo. De nuestras Abuelas, H.I.J.O.S., NIETES, familiares y amigues de desaparecides, y sobrevivientes del genocidio llevado a cabo por la última Dictadura cívico-eclesiástico-militar.

¡Este es el país de Juicio y Castigo a los genocidas! De restitución de nietas, nietos y nietes.

Visceral: este es el país de lucha de las, los y les trabajadores por trabajo digno. Trabajo. Digno. De la defensa de las fábricas recuperadas y de los laburos autogestivos.

Visceral: este es el país de lucha por nuestros pibes y pibas contra el gatillo fácil, contra los abusos sexuales de niñes y adolescentes, contra la trata de personas, contra la explotación sexual.



Visceral: este es el país de la defensa de presas y presos políticos, de la lucha contra las muertes en lugares de detención. De defensa de los derechos de las personas en situación de encierro.

Visceral: este es el país de la defensa de los pueblos originarios como verdaderos dueños de las tierras. De defensa de la economía popular y del campesinado, de la agroecología familiar y de las guardianas y guardianes ambientalistas.

Visceral: este es el país de la defensa de las Cooperativas Culturales, de las Bibliotecas Populares, de la Educación Pública y la Salud Pública. De la defensa de producción y provisión pública de medicamentos, sobre todo para padecimientos crónicos.


Visceral: este es el país de los feminismos y transfeminismos, de defensa de los derechos de las mujeres, de las lesbianas, de las personas trans y travestis y todo el colectivo lgbttiq+ [Pamela, Roxana, Andrea y Sofía, ¡presentes!] De lucha por el aborto libre, seguro y gratuito.

Visceral: este es el país de lucha de migrantes, marrones y afrodescendientes contra las violencias. De defensa de la pluralidad de lenguas y culturas comunitarias.

Visceral: ¡este es el país del Ni Una Menos!

Junto a nuestras hermanas de la Abya Yala en resistencia, a nuestras hermanas palestinas, nuestras hermanas kurdas y junto a todas las que llevan luchas transfronterizas contra los genocidios y ecocidios, y los desplazamientos de sus territorios.

Estamos ante el genocidio del hambre. Ante una profundización del empobrecimiento del que comen los violadores de todos los derechos humanos.

No sólo nos interesa llegar con vida a fin de mes, queremos políticas públicas que subsanen el histórico padecimiento de las desigualdades que el Estado debe desterrar.

¿Qué pasa que se demora el pedido de juicio político contra el presidente que gestiona el desmantelamiento de un Estado democrático, así como la declaración de inconstitucionalidad de este gobierno que hambrea al Pueblo?

¿Qué estamos haciendo negociando artículo por artículo una ley que pretende instalar jurisprudencia sobre el saqueo de los cuerpos, fuerzas de trabajo, los territorios, la biodiversidad y los bienes comunes, a contramano de la Constitución Nacional, fingiendo demencia sobre un DNU vigente que va preparando silencioso el escenario para los acuerdos infames?

Sí, Norita, el plan fue sistemático. El plan que secuestró, torturó y desapareció a tu hijo Gustavo por soñar un país más justo para todes, fue sistemático.
Como ahora.

Y fue planificado por la oligarquía, junto a una clase media mascota, a las fuerzas armadas, a gran parte de la cúpula de la Iglesia Católica, y de otras, con adhesión del hartazgo de los nadies clausurados en el deseo de alcanzar lo que nunca llegan a tocar. También.
Como ahora. Son los mismos.
Por eso, no delegaremos nuestra lucha.


En el país de: “la lucha es una sola”, organizades en familia, colectivos y asambleas salimos a parar la olla, a darnos fuerzas, a reparar el daño, y jamás nos comimos los mocos: les vemos los hilos, cabrones. Porque visceral es nuestro repudio al poder colonial que oprime los cuerpos de quienes deseamos justicia social.
Nos queremos vivas y sin padecimientos ni esclavismos. Nos queremos vivas en comunidad con todo lo vivo, respirando justicia social. Y eso es posible sólo en el reconocimiento de una Argentina plurinacional antirracista, por lo tanto, crítica a las políticas de desarrollo y progresismo capitalista.

Tendrán que sentarnos en sus mesas, si quieren comer.
Tendrán que asesorarse con nosotras y con les históricamente desplazades por la economía política del saqueo: cómo se hace un mundo feliz.

Quienes precisen por el resto de sus vidas de nuestros cuidados, nuestras medicinas y nuestros alimentos y, en el mejor de los casos, de nuestro aliento de vida, tendrán que oír atentamente lo que desde nuestras ancestras venimos diciendo:
¡NO NOS CALLAMOS MÁS!

Las mujeres palestinas presentes, porque no puede haber NI Una Menos con un genocidio.







