Mientras los Mapuche Claman Justicia, el Gobierno Cena con los Gigantes Económicos.
En un país donde el drama político se despliega con una dualidad desconcertante, la escena se divide entre los salones opulentos de los grandes grupos economicos y las sombrías celdas de los presos políticos mapuche. Mientras estos últimos enfrentan una lucha desesperada por sus derechos en huelgas de hambre, el gobierno parece más interesado en servir los banquetes de los magnates que en cumplir con los convenios internacionales de derechos indígenas.
El ejecutivo, liderado poder Boric, presenta un espectáculo de contradicciones flagrantes. Por un lado, presos políticos mapuche enfrentan condiciones precarias, empujados a huelgas de hambre extremas en busca de justicia. Por otro, el mismo gobierno se sienta a la mesa con los barones de los conglomerados Matte, Angelini y Luksic, en un juego de poder y privilegios que desgarra el velo de la justicia y los derechos humanos
Huelga de Hambre Mapuche: Un Grito en el Silencio
LosPresos políticos mapuche, en una huelga de hambre que supera los 60 días, claman por justicia y reconocimiento y luchan contra la indiferencia del Estado y su criminizalición sistemática, aparte de una mirada guerrista en contra de los sectores autonómicos.
Esta protesta extrema refleja la desesperada situación de un pueblo que busca desafiar una historia de opresión y marginación.
Como reporta Radio Kurruf, los huelguistas enfrentan graves riesgos para su salud, en un acto de resistencia contra la injusticia sistemática.
Los presos políticos mapuche, sumidos en una prolongada huelga de hambre.
El Banquete de los Poderosos: Matte y Angelini en el Palco Presidencial. Cenas de Elite: La Política en los Salones del Poder
Mientras los mapuche luchan por su dignidad, los grandes grupos económicos como Matte y Angelini disfrutan de un lugar privilegiado en la mesa del poder.
Esta realidad pone en evidencia cómo el gobierno parece priorizar los intereses empresariales sobre los derechos de los pueblos originarios.
Las políticas y decisiones gubernamentales, influenciadas por estos grupos, siguen perpetuando la exclusión y marginación de los mapuche.
Los ministros del gobierno participan en cenas privadas con los magnates del país, demostrando una desconexión total con la realidad que enfrentan los más vulnerables.
Estas reuniones, lejos de ser simples encuentros sociales, revelan una alianza tácita entre el poder político y los intereses empresariales, a espaldas de los pueblos.
La Sordera del Estado: Incumpliendo el Convenio 169 de la OIT
Chile, como firmante del Convenio 169 de la OIT, tiene la obligación de respetar los derechos de los pueblos indígenas.
La persistente criminalización y persecución del pueblo mapuche por parte del Estado chileno constituye una violación abierta de estos compromisos internacionales. Además de la flagrante falta de cumplimiento de estas obligaciones internacionales contrasta con la rapidez con que se atienden las necesidades de los grupos económicos.
En este escenario de contrastes agudos, la nación mapuche lucha por su voz en un teatro donde los asientos de primera fila están reservados para los magnates. Mientras tanto, el gobierno, en su papel de mocitos del Poder real, dejan a los mapuche en un acto solitario de resistencia y dignidad.
Este panorama es un espejo de la hipocresía y la crisis moral que atraviesa el gobierno chileno. Mientras los titanes económicos disfrutan de un acceso privilegiado al poder, los mapuche, defensores de sus tierras y cultura, enfrentan la represión y el olvido. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo el gobierno seguirá bailando al son que tocan los poderosos, ignorando el clamor de justicia de los pueblos originarios?