📽️ Ven y Mira (Idi i smotri, 1985) es una de las películas más impactantes y devastadoras jamás filmadas sobre la guerra. Dirigida por Elem Klímov, esta obra maestra del cine soviético nos sumerge en la brutalidad de la ocupación nazi en Bielorrusia durante la Segunda Guerra Mundial, vista a través de los ojos de un niño que pierde su inocencia al enfrentarse a la barbarie humana.
Una experiencia cinematográfica inolvidable
La historia sigue a Florya, un joven campesino bielorruso que se une a la resistencia partisana con la ilusión de combatir al invasor nazi. Sin embargo, lejos de la épica de la lucha armada, lo que encuentra es una pesadilla despiadada. A medida que avanza la película, su rostro refleja el sufrimiento de un pueblo condenado al exterminio. Lo que comienza como un relato de iniciación juvenil, rápidamente se convierte en un descenso a la locura y la desesperación.
Klímov utiliza una cinematografía realista e inmersiva para plasmar el horror de la guerra sin concesiones. El director evita los convencionalismos del cine bélico heroico y se adentra en la crudeza de la violencia sin filtros. La fotografía de Aleksei Rodiónov, con su uso de primeros planos agobiantes y encuadres expresionistas, sumerge al espectador en el terror de la guerra, mientras que el sonido –a menudo distorsionado y ensordecedor– transmite la confusión y el trauma psicológico de los personajes.
Un relato sobre el exterminio y la resistencia
Más allá de su crudeza visual, Ven y Mira es una denuncia implacable contra el fascismo y el genocidio. La película retrata con precisión la política de tierra arrasada implementada por los nazis en Bielorrusia, donde más de 600 aldeas fueron incendiadas con sus habitantes dentro. Klímov construye secuencias que parecen sacadas de un infierno en la Tierra, como la desgarradora escena en la que los soldados alemanes queman vivos a cientos de personas dentro de una iglesia, mientras se regocijan con la destrucción.
Pero en medio de tanta oscuridad, la película también muestra destellos de resistencia y dignidad. La lucha partisana, aunque desigual, es presentada como el único camino posible frente al exterminio. La transformación de Florya no es solo la de un niño que envejece prematuramente por el trauma, sino la de un pueblo que se niega a desaparecer sin luchar.
Impacto y legado
Desde su estreno, Ven y Mira ha sido reconocida como una de las películas más poderosas sobre la guerra jamás realizadas. La actuación de Aleksei Krávchenko, quien tenía solo 13 años al rodar la película, es una de las más desgarradoras y realistas que se han visto en pantalla. Su rostro, al final de la película, es una de las imágenes más inolvidables del cine.
Klímov nunca volvió a dirigir una película después de esta obra maestra. En entrevistas, afirmó que después de Ven y Mira sentía que ya no tenía nada más que decir. Su película, sin embargo, sigue hablándonos hoy con la misma fuerza, recordándonos el costo real del fascismo y la necesidad de mantener viva la memoria histórica.
📌 Mira la película completa aquí: Ven y Mira – YouTube
🔎 Reflexión final
En tiempos donde los discursos de odio y la guerra resurgen en diferentes partes del mundo, Ven y Mira es más relevante que nunca. No es una película fácil de ver, pero sí necesaria. No es solo una obra cinematográfica, sino un testimonio del horror que la humanidad es capaz de infligir cuando la barbarie se impone sobre la razón.