Por Mauricio Becerra.
Entre el próximo 27 de junio al 2 de agosto se realizará el ejercicio naval Rim of the Pacific (RIMPAC 2024) en Hawaii, el juego de guerra más grande del mundo, que es coordinado por el Comando Indo-Pacífico de la Armada de Estados Unidos (Tercera Flota), con el objetivo de afianzar sus lazos con las armadas de varios países de la región y mantener la hegemonía de Estados Unidos en un contexto de pugna internacional por el acceso a recursos naturales estratégicos y el control de las vías marítimas.
Los juegos de guerra son realizados desde 1971 y contarán en esta oportunidad con la participación de 29 estados bajo el lema ‘Socios integrados y preparados’ y cuya imagen gráfica son las puntas de un tridente que apunta a un sol que se pone en el mar.
La operación naval involucra a 43 navíos de guerra, tres submarinos, más de 150 aeronaves y 25 mil efectivos militares. Todos, obviamente, estarán bajo el mando del vicealmirante de la Tercera Flota de la US Navy, Michael Boyle.
Dichos ejercicios navales se enmarcan en el control del Indo-Pacífico al que apuesta la marina de Estados Unidos, como una forma de contención de la influencia comercial de China en la región, al mismo tiempo de afianzar su hegemonía militar en ambos océanos.
LOS ALIADOS DE LA OTAN Y LA PARTICIPACIÓN DE CHILE
La primera fase de los ejercicios navales contempla una etapa denominada Force Integration Training, instancia en que la marina de Estados Unidos aprovecha de generar vínculos con oficiales navales de los 29 países que participan del encuentro, lazos que permiten afianzar la hegemonía norteamericana en la formación y formulación de análisis estratégicos de dichos cuerpos navales.
Entre los participantes están varios países europeos que participan de la OTAN, así como aliados en los mares del sur de Estados Unidos. Es el caso de Canadá, Alemania, Inglaterra, Dinamarca, Francia, Bélgica, Italia y los Países Bajos. De Oceanía llegaron Tonga, Australia y Nueva Zelanda.
También está convidado Israel.
Al encuentro acuden además varios cuerpos navales de países asiáticos, como Brunei, India, Indonesia, Japón, Malasia, Corea del Sur, Singapur, Filipinas, Sri Lanka y Tailandia.
Las armadas de América latina que participan del encuentro organizado por la US Navy son Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Chile.
Chile comenzó a participar de este encuentro naval en 1996, totalizando 12 ocasiones. En esta oportunidad mandó a la fragata antisubmarina FF-06 Almirante Condell, un helicóptero de ataque Airbus AS332F1 Cougardel Escuadrón HA-1 de la Aviación Naval y a un pelotón del Cuerpo de Infantería de Marina (CIM).
Cuando la Fragata Almirante Condell -al mando del capitán de navío Carlos Ruiz– zarpó rumbo a Hawaii, el 27 de mayo pasado, el comandante en jefe de la Armada, almirante Juan Andrés De La Maza, sostuvo que “tenemos altas expectativas en este buque que, por primera vez, va a participar del ejercicio RIMPAC, también tenemos altas expectativas en el ejercicio mismo, porque es la primera vez que la Armada de Estados Unidos nos ha confiado y pedido, hace ya algún tiempo, asumir la conducción del ejercicio en el más alto nivel. Vamos a cubrir como Segundo Comandante del ejercicio, que es un escalón un poco más arriba de lo que habíamos estado en el año 2018”.
LOS LAZOS CON LA ARMADA CHILENA
Para reforzar los lazos con los países de América latina, Laura Richardson-jefa del Comando Sur de EUA– desplegó un programa de visitas en la región, que la trajo en abril del año pasado y a comienzos de junio de 2024 a Chile y Argentina.
Su visita estuvo acompañada del recorrido en aguas latinoamericanas del portaaviones George Washington, integrante de la Cuarta Flota de Estados Unidos, que pasó a fines de mayo por el Estrecho de Magallanes, tras visitar Brasil y Argentina. Luego partió rumbó a Perú.
El portaaviones también realizó maniobras navales con barcos de las marinas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay.
En tanto, la agenda de Richardson en Chile fue intensa. Llegó el 11 de junio y acompañada por la embajadora Bernadette Meehan, se reunió el mismo día con la ministra de Defensa, Maya Fernández Allende, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el contraalmirante Pablo Niemann Figari, en lo que se difundió como una junta “para conversar sobre la cooperación en materia de defensa”.
Estados Unidos, además de los ejercicios navales, otorga pasantías a oficiales latinoamericanos en sus escuelas y premia su lealtad poniéndolos como jefes secundarios en los juegos de guerra. Es el caso del contraalmirante Niemann, quien se graduó en 2010 del Naval Command College en la Academia de Guerra de Newport, de la marina norteamericana y figuró como comandante de las fuerzas marítimas de los ejercicios Rimpac 2018, obviamente bajo la supervisión de oficiales de Estados Unidos.
“Podemos tener el control del tráfico marítimo, asegurar las zonas en contra de la piratería y eventualmente asumir un rol de lograr doblegar la voluntad de lucha del adversario”- sostuvo Niemann en una entrevista con Infodefensa.
LA PRESENCIA DE ESTADOS UNIDOS EN AMÉRICA LATINA
La presencia global de unidades militares norteamericanas son 800 bases fuera de su territorio, estando 76 de éstas en América Latina y el Caribe.
Además de Guantánamo, usada por Estados Unidos como centro de tortura, se calcula que, a comienzos de 2023, la potencia del norte tenía instaladas 12 bases militares en Panamá, otra docena en Puerto Rico, nueve en Colombia, ocho en Perú, tres en Honduras y dos en Paraguay, entre otras, cuya presencia es más opaca, como en la base naval de Quintero en Chile.
Recientemente, también, la administración de Joe Biden ha aprovechado la subordinación del presidente argentino, Javier Milei, para anunciar la instalación de una nueva base en la Patagonia argentina, lo que le permitiría afianzar su control de los mares del sur y el acceso a la Antártida.
La política norteamericana sobre la región también se ha preocupado por establecer alianzas con los ejércitos y marinas de algunos países de América latina. Así, han sido designados como ‘Aliados Extra-OTAN’ Argentina (1998), Brasil (2019) y Colombia (2022), país que también fue invitado en a ser “socio global” de la OTAN en 2017.
Del mismo modo, el Comando del Sur de Estados Unidos lleva décadas realizando ejercicios militares de alcande multinacional, como las operaciones UNITAS, Tradewinds, PANAMAX, Southern Cross y PASSEX.
A fines de mayo reciente y tras 10 años de estar suspendidos, se realizaron en Argentina los ejercicios PASSEX Gringo-Gaucho II, en los que participaron las armadas de Argentina y Estados Unidos. En un claro alineamiento, la publicidad por parte del gobierno de Milei de dichas operaciones destacó que “este ejercicio permite incrementar la interoperabilidad con otra Marina -con estándares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)-, para practicar procedimientos y articular defensas dentro de una posible conformación de una Fuerza de Tareas Marítima”.
En tanto, la fragata chilena Almirante Condell participó a mediados de mayo en los ejercicios PASSEX junto a la marina francesa, oportunidad en que los galos aprovecharon de recolectar información sobre los mares australes de Chile.
Posteriormente, la Armada chilena también realizó ejercicios PASSEX con el portaaviones George Washington.
Para septiembre de 2024 la Armada chilena organiza un nuevo encuentro UNITAS en Valparaíso.
JUNTANDO FUERZAS CONTRA CHINA
El RIMPAC 2024 también resulta ser un mensaje contundente para China, en la pugna que mantienen por el control de las vías marítimas y el acceso a los recursos naturales. Por ello, en la región Asia-Pacíficomantienen centenares de bases rodeando al gigante asiático.
La mayor cantidad de instalaciones militares de Estados Unidos en la región están en Japón, en donde se estima una cifra de 57.300 efectivos estacionados en al menos 120 bases, como la aérea de Yokota y la de fuerzas navales en Yokosuka. Otra base importante está localizada en Okinawa.
Corea del Sur es el segundo país con más efectivos norteamericanos en la región, alcanzando 28.500 militares en 73 bases, como la Base Aérea de Osan y la Base del Ejército Humphreys.
En la isla de Guam, Estados Unidos tiene la Base Aérea de Andersen, que constituye una importante plataforma estratégica.
Si bien la mayoría de estas bases fueron instaladas al finalizar la Segunda Guerra Mundial, desde que la ex-secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunciara hace más de una década un giro estratégico de Estados Unidos denominado ‘pivote en Asia-Pacífico’, se comenzaron los preparativos para un enfrentamiento militar con China, comentó el periodista Pablo Gandolfo.
Laura J. Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, en una sesión de una comisión del Senado norteamericano realizada el 23 de marzo de 2023, advirtió que su país debe evitar la influencia china y rusa en América latina.
“El mundo está en un punto de inflexión. Nuestros partners en el hemisferio oeste con los que estamos unidos por el comercio, valores compartidos, tradiciones democráticas y lazos familiares, están sintiendo el impacto de interferencia externa y coerción. La República Popular China continúa expandiendo su influencia económica, diplomática, tecnológica y militar en Latinoamérica y el Caribe”- sostuvo Richardson.
La generala no escondió en la ocasión que el foco principal de Estados Unidos son los recursos minerales de la región latinoamericana, como el litio. “La República Popular de China ha expandido su habilidad para extraer recursos, y conseguir el 36% de su comida a través de importaciones desde esta región, y el 75% de su litio desde Sudamérica”- manifestó.
LA POLÉMICA PARTICIPACIÓN DE ISRAEL
En la última década varias organizaciones antimilitaristas, climáticas y de pueblos indígenas se han manifestado en contra de dichos ejercicios navales, debido a ser un engranaje más de la mantención del imperialismo estadounidense y de los intereses coloniales europeos en los océanos Índico y Pacífico.
En Hawaii, las bases militares y los ejercicios de guerra estadounidenses han producido una grave destrucción en los acuíferos en Oahu y sus arrecifes de coral.
Según la organización Boycott, Divestment and Sanctions (Boicot, Desinversiones y Sanciones) contra el genocidio que practica Israel en Palestina, la participación en el RIMPAC 2024 “es complicidad con el eje criminal EEUU-Israel”.
A través de un comunicado señalan que, “lamentablemente, naciones del sur global como Indonesia, Malasia, India, Chile, Colombia, Ecuador, México y otras también participarán en este ejercicio”.
BDS hacen un llamado “a los movimientos de todos los Estados participantes, especialmente de aquellos que afirman defender los derechos de los palestinos, a que presionen a sus gobiernos para que se retiren del mismo. Los Estados que ya han impuesto embargo militar o sanciones diplomáticas a Israel, nunca deberían participar en el RIMPAC 2024 junto con el régimen genocida”.
Fuente: El Porteño