A 5 años de la revuelta popular, este 18 de octubre de 2024, organizada y coordinadamente, diversas agrupaciones políticas y sociales anticapitalistas, rebeldes, feministas de clase, junto a dirigentes sindicales y gremiales, comunidad LGTBIQ+, luchadores del pueblo mapuche autonomista, juventud antifascista y una amplia constelación de colectivos antiimperialistas y socialistas revolucionarios, se autoconvocaron para realizar una jornada de protesta en Santiago.
Las manifestaciones iniciaron en la mañana, entre acciones de propaganda, ollas comunes, marchas de estudiantes secundarios y Estudiantes por la Causa Popular. Efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros se desplegaron por las plazas centrales de la capital chilena, empadronando jóvenes y hostigando a la población que camina y disfruta de los pocos parques que existen.
Por la tarde, a las 18.30 horas en punto, cientos de personas se dieron cita en la Casa Central de la Universidad de Chile, desde donde salieron a la Alameda, ordenadamente, tras un lienzo que decía «A retomar las calles con organización y protesta popular». Desde allí y en dirección a Plaza de la Dignidad, marcharon en un conjunto compacto que alcanzó el millar de personas mientras avanzaba al lugar icónico de la revuelta social.
Cada tanto, la caminata anticapitalista se detuvo para vitorear un mensaje: «A 5 años del alzamiento popular volvemos a reivindicar la gran lucha que inició nuestro pueblo aquellos días 18 y 19 de octubre a lo largo del territorio nacional, donde se demostró la fuerza imparable de la clase trabajadora y el pueblo en justa rebelión contra los que acumulan la riqueza y el poder. La actual crisis del capitalismo imperialista se manifiesta en las guerras, el hambre, la explotación y la destrucción de la naturaleza. Sin embargo, los pobres del mundo han comenzado a rebelarse, demostrando día tras día que la rebelión se justifica plenamente».
Los contenidos de las intervenciones también plantearon que «En Chile, el falso Acuerdo por la Paz y la nueva constitución del 15 de noviembre de 2019 fue una maniobra del poder para desmovilizar al pueblo y recobrar la iniciativa con el fin de salvar su régimen político. No obstante, las luchas populares iniciadas en 1990 -en contexto de democracia capitalista- y acentuadas en los 2000 siguen vigentes, como lo fueron y lo son el 2006, 2011 y 2019, hasta el día de hoy. En los últimos tiempos, el bloque en el poder ha intensificado la represión contra los pueblos en lucha por sus derechos sociales, políticos, económicos y culturales, con el fin de imponer su completa dominación».
Asimismo, los pronunciamientos se refirieron a que «gracias a la generosidad política de diversos activos que se oponen decididamente al régimen del lucro, a los salarios miserables, a las opresiones de toda clase, a la corrupción institucional, a un sistema político al servicio de los grandes grupos económicos, a las deudas infinitas, a la inexistencia de derechos, hoy comienza la recomposición de las fuerzas sociales y políticas, rebeldes y anticapitalistas, mediante una señal nítida de unidad como lo exhibe esta propia marcha».
Los letreros que constituyeron la caminata unitaria hasta Plaza de la Dignidad, representaron la exigencia de verdad y justicia para los asesinados, amputados oculares y torturados por el Estado desde la revuelta de 2019 hasta la actualidad. Igualmente, se expresaron los llamados a la libertad de los prisioneros políticos mapuche y no mapuche, y se reivindicó la resistencia del pueblo de Palestina.
Por fin, empieza a dibujarse la promesa de una alternativa política y social jugada por la construcción del poder popular, la independencia política de la clase trabajadora y los pueblos respecto del Estado empresarial, racista y subordinado a la tutela y las clases dirigentes de Estados Unidos.
Te puede interesar: Desde la tempestad
Al término de esta nota, por arriba y a la derecha, continuaban las reyertas palaciegas entre la presente administración de La Moneda y su complemento u oposición sistémica, debido a la corrupción institucionalizada, los casos vinculados al lobbista y delincuente de los ricos Luis Hermosilla y compañía, y la reciente destitución del segundo individuo del Ministerio del Interior, Manuel Monsalve, a causa de haber cometido eventuales violaciones sexuales.
En tanto, abajo, volcánicamente, la esperanza organizada y unida se tomó la Alameda, a pesar de la represión y el odio del poder.