Juan Carlos Flores

Bloques neoliberales, militarización y reconstrucción del campo popular
Mientras en Gaza se sigue denunciando un genocidio y un régimen de ocupación permanente, distintos informes describen bloqueos de agua, comida y energía, y una devastación planificada sobre la población palestina. En paralelo, Chile avanza entre estados de excepción, acuerdos con grandes conglomerados y ciclos electorales donde casi todo el arco institucional comparte el mismo piso neoliberal.
El análisis de coyuntura de la Escuela Popular Permanente sobre “Gaza y Chile en espejo: ética de época y militarización”[1] resumía este momento con tres palabras: seguridad, energía, territorio. Un invierno marcado por la prórroga rutinaria del estado de excepción en Wallmapu, la carrera por la “transición energética” y un mapa social cansado pero inquieto.
En ese espejo, la pregunta—¿usted todavía cree en la democracia burguesa?— deja de ser solo provocación y se vuelve tesis política: la institucionalidad chilena no está diseñada para procesar las contradicciones del modelo ni las demandas populares, sino para administrarlas a favor del capital, con militarización de fondo.
Wallmapu, transición energética y normalización del estado de excepción
El texto de la EPP lo muestra con claridad: en Wallmapu la excepcionalidad dejó de ser “evento” y se transformó en clima. La prórroga mensual del estado de excepción organiza la vida cotidiana: controles, convoyes militares, sobrevuelo de helicópteros y resguardo de camiones madereros.
La militarización convive con conflictos territoriales como Pilmaiquén y Rucalhue, donde la llamada “transición energética” choca con ríos sagrados, cementerios y comunidades que defienden sus territorios. La energía “verde” se presenta como modernización, pero reproduce la lógica extractiva clásica: el negocio se diseña en Santiago y en directorios globales; la contaminación, el desarraigo y el dolor se quedan en los territorios.
En este tablero, el Estado opera a la vez como regulador y promotor de inversiones, mientras las empresas ajustan su relato (“sustentabilidad”, “empleos verdes”) y las comunidades combinan peritajes, ceremonias y protesta. La fuerza económica y legal está del lado corporativo-estatal; la posición territorial y moral, del lado comunitario.
Litio, Luksic y la puerta giratoria: Pacheco y Williams
El acuerdo Codelco–SQM por el litio en el Salar de Atacama es hoy la joya de la corona del “neoliberalismo verde”. Codelco y SQM firmaron un pacto de asociación que crea una sociedad de mayoría estatal para explotar el litio hasta 2060[2], tras revisar un contrato de más de 600 páginas y recibir aprobaciones regulatorias en Chile y en China.
El protagonista estatal de este acuerdo es Máximo Pacheco[3], presidente del directorio de Codelco, quien encabezó las negociaciones formales con SQM y su gerente general. Pacheco no es un desconocido del gran empresariado: su trayectoria incluye cargos relevantes en empresas del grupo Luksic, uno de los conglomerados más poderosos de Chile, con negocios en banca, minería, alimentos y energía.
La ministra de Minería, Aurora Williams, completa el cuadro. Militante radical, ya había ocupado la misma cartera bajo Bachelet y hoy vuelve al cargo de la mano de Boric. Antes fue gerenta en Aguas Antofagasta y en la concesionaria Antofagasta Terminal Internacional (ATI), empresa portuaria del grupo Luksic, cuestionada por el galpón de concentrado de cobre en pleno casco urbano de Antofagasta.[4]
El mensaje de fondo es nítido:
- ex ejecutivos de conglomerados como Luksic pasan a conducir ministerios y empresas estatales;
- el litio estratégico se pacta entre directorios y ministerios que comparten redes y trayectorias;
- el Estado aparece más como socio junior del gran capital que como representante de los pueblos y territorios.
- Este es uno de los tantos ejemplos que se repiten donde el eje central esta en el verdadero PODER, los grandes grupos económicos que controlan el movimiento real sea o no institucional. “En efecto, luego de que se conociera dicha información quedó claro que los actuales secretarios de Estado no solo se reunieron con los gremios de las AFP, los bancos y las pesqueras, sino que en el domicilio del exalcalde Zalaquett compartieron la misma mesa con ejecutivos de la minera de los Luksic, de la generadora de los Matte y, aunque la ministra Carolina Tohá dijo que no fue lobby, de la distribuidora de combustible de los Angelini; es decir, de los tres más grandes y poderosos grupos empresariales de Chile.”[5]
Jara, AFP y el “Ingreso Vital” de 750 mil: salario precarizado, Estado subsidiador
La figura de Jeannette Jara se presenta como rostro “social” de este mismo entramado. Durante su gestión como ministra del Trabajo, asistió —junto con otros ministros— a reuniones privadas en el departamento del lobista y ex alcalde UDI Pablo Zalaquett, donde se encontró con ejecutivos de AFP Provida, AFP Capital, Larraín Vial, dirigentes de la CPC y de la Sofofa. Muchas de esas citas no se registraron en la plataforma oficial de lobby y solo se conocieron luego de investigaciones periodísticas y de presiones públicas.[6]
Hoy, como candidata presidencial del bloque oficialista, Jara levanta su propuesta estrella: un “Ingreso Vital” de 750.000 pesos, articulado a partir de un aumento gradual del salario mínimo combinado con subsidios estatales y bonos focalizados.[7]
Traducido a lenguaje popular, lo que se anuncia es un INGRESO VITAL NEOLIBERAL:
- parte del salario se completará con subsidios y bonos pagados por el Estado,
- el objetivo declarado es “ayudar” a empresas —sobre todo pymes— a pagar ese ingreso,
- las empresas siguen manteniendo su estructura de bajos salarios, mientras el erario nacional cubre una fracción del costo.
En la práctica, se subsidia la precarización: el Estado se arrodilla para asegurar la rentabilidad empresarial, en lugar de obligar a los grandes grupos a financiar salarios dignos con sus propias ganancias.
Impunidad estructural: financiamiento ilegal y violaciones de derechos humanos
El vínculo entre Estado y gran capital no es solo de “puertas giratorias” o de cenas reservadas. Está escrito en la historia reciente de los casos de financiamiento ilegal de la política.
En el caso Penta, los dueños del grupo, Carlos Délano y Carlos Lavín, fueron condenados por delitos tributarios en el marco de una máquina de evasión que financió campañas, principalmente de la UDI. Sin embargo, la pena fue sustituida por libertad vigilada y cursos de ética, símbolo perfecto de una justicia que cuida a los suyos.[8]
En el caso SQM, tras una década de investigación y un juicio larguísimo, un tribunal absolvió a ocho acusados por la arista principal de financiamiento político, incluyendo figuras de distintos partidos; el veredicto cuestionó a la Fiscalía por la demora, pero el efecto político fue claro: ninguna condena efectiva para las cúpulas.[9] En este sentido recordar que esta impunidad es transversal, donde el momento mas irrisorio llega cuando SQM sale como militante del Partido Por la Democracia en el momento que era presidido por la ex ministra del Interior, Carolina Toha, ex candidata presidencial.[10]
En materia de derechos humanos, informes de Amnistía Internacional, ACNUDH y otros organismos vienen denunciando desde 2019 graves violaciones cometidas por Carabineros durante la rebelión de octubre, incluyendo uso excesivo de la fuerza, mutilaciones oculares y barreras a la reparación integral, donde la impunidad es ley[11]. A cuatro y cinco años de esos hechos, se sigue registrando impunidad y falta de condenas firmes para la enorme mayoría de los casos.[12]
En ese contexto, el caso del general director (r) de Carabineros Ricardo Yáñez es un símbolo: fue formalizado por omisión en apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio durante la rebelión de 2019, cuando encabezaba Orden y Seguridad.[13] Sin embargo, fue protegido primero por Piñera y luego por Boric, que lo mantuvieron en el cargo hasta las puertas de su formalización. El mismo aparato que cometió las violaciones es el que se desea blindar y fortalecer en nombre del “orden”.
La tesis se refuerza: la doctrina del enemigo interno —gestada en la Escuela de las Américas— no ha sido desmantelada, solo administrada
Bloques en disputa: quién conduce el mismo modelo
Lo que se juega en estas elecciones, entonces, no es “qué modelo de país”, sino quién administra el mismo modelo de capitalismo dependiente, colonial y patriarcal.
En la derecha, la disputa es interna:
- la ultraderecha republicana/libertaria (Kast, Kaiser y aliados) levanta sin pudor un programa abiertamente autoritario y militarista;
- Chile Vamos busca reposicionarse como derecha “seria”, pero comparte el mismo núcleo en seguridad, extractivismo y subordinación geopolítica.
En el campo de la socialdemocracia neoliberal y la izquierda institucional, el desenlace tiene matices, pero el libreto de fondo es idéntico:
- el Frente Amplio intenta proyectarse más allá del gobierno de Boric como nuevo eje socialdemócrata, liderado por este último hasta ahora;
- el PC disputa conducción y puestos, ya sea en torno a Jara o los sectores “leales”, o a la hegemonía del Comité Central encabezado por Carmona.
El FA y PC han dejado atrás la arquitectura formal de la Concertación, pero necesitan perseverar en esa alianza estratégica como gran bloque socialdemócrata neoliberal. Todo depende de los votos de la abanderada oficialista y del resultado parlamentario, pero algo ya está claro: desde Jara hasta Kaiser/Kast han anunciado mantener el estado de excepción, no tocar los pilares de la matriz productiva y sostener el mismo modelo de dominación, zonas de sacrificio y financiarización de derechos, con militarización de telón de fondo.
En versión corta: un solo bloque neoliberal, con dos máscaras militares. Una más brutal, otra más “razonable”, pero ambas al servicio de la misma matriz de dependencia y expoliación.
Parlamento y “parlamentarismo militarizado de derecho”
El elemento decisivo del ciclo no será el rostro de La Moneda, sino la composición del Parlamento. El “parlamentarismo militarizado de derecho” se traduce en un Congreso donde, con mayoría de la ultraderecha o de la socialdemocracia neoliberal, la tendencia común será resguardar el statu quo, mantener el estado de excepción y garantizar condiciones políticas para el negocio extractivista y la lógica de subsidios a los grandes capitales.
Proyecciones y notas de prensa coinciden en que las derechas podrían conseguir una mayoría holgada, capaz de empujar reformas constitucionales con quórums más bajos que en el pasado reciente. La “nueva normalidad” sería entonces un país donde:
- la agenda económica se define al ritmo de los grupos económicos y de las potencias centrales (occidentales o multipolares);
- la agenda de seguridad se organiza alrededor de la policía, las FF.AA. y las leyes represivas;
- la agenda social se reduce a bonos, subsidios y políticas focalizadas para administrar la precariedad sin un ánimo real de transformación evidente dado todo el historial de fondo en estos últimos 35 años posteriores a la dictadura cívico-militar.
Tesis de época: crisis, modelo y militarización como respuesta
De este mapa se desprende una tesis de época:
- La institucionalidad chilena no puede procesar las contradicciones del modelo neoliberal (endeudamiento, precarización, crisis ecológica, subordinación geopolítica) ni las demandas populares que irrumpieron con fuerza en la rebelión de octubre de 2019.
- Las clases dirigentes —desde la derecha dura hasta la izquierda institucional— carecen de un proyecto que enfrente estructuralmente esa crisis. Su respuesta es insistir en la misma receta: nuevas inversiones extractivas, deuda, “modernización” de la represión y estados de excepción repetidos como si fueran parte del clima naturalizado.
- Mientras la disputa geopolítica global no se resuelva —entre polos occidentales y un multipolarismo comandado por potencias como China y Rusia—, el lugar de Chile seguirá siendo el de semiperiferia subordinada: proveedor de bienes comunes, energía barata y estabilidad política para las inversiones. Este lugar se asegura con militarización interna, no con democracia profunda, el Estado autoritario portaliano y que fue rediseñado en la propia dictadura, el cual se despliega de forma concreta hasta en un gobierno de “nuevo tipo” donde el FA y el PC lideran dicho conglomerado.
Tesis para el campo popular: reconstrucción desde abajo, autónoma del Estado y del capital
Si el diagnóstico es ese, la alternativa no puede ser “esperar un gobierno un poco mejor”. La conclusión estratégica es otra: reconstruir el campo popular desde abajo, con direccionalidad autónoma e independiente del Estado y del capitalismo-patriarcado-colonialismo.
El campo popular no está ausente, está disperso. Hay comunidades mapuche resistiendo la militarización, organizaciones ecosociales enfrentando proyectos energéticos, estudiantes alterando el calendario, sindicatos que aún conservan capacidad de movilización localizado, feminismos sosteniendo redes de cuidado y lucha en medio de femicidios y retrocesos.
El problema no es la inexistencia de fuerza social, sino su fragmentación y la falta de un hilo político común. De ahí se desprenden tres tareas de tesis:
- Reconstrucción organizativa desde abajo
Multiplicar y fortalecer asambleas territoriales/populares, un nuevo tipo de sindicalismo de base, organizaciones de poblador@s, articulación con comunidades mapuche autonómicas, colectivos feministas, organizaciones estudiantiles con proyección estratégica, radios y medios populares, entre otrxs. Pero no como “bases de maniobra” para campañas institucionales; como sujetos que deciden, deliberan y orientan su propia praxis, que definan su propio camino estratégico.
- Acumulación programática anticapitalista, anticolonial y antipatriarcal
Tejer un programa mínimo del campo popular que enlace defensa de los bienes comunes, fin de las zonas de sacrificio, desmilitarización de Wallmapu, socialización real de derechos sociales y una transición ecosocialista y ecofeminista. Todo ello rompiendo con la lógica de colonia extractiva —ya sea al servicio del eje occidental o del multipolarismo emergente—. - Direccionalidad autónoma e independiente de los bloques de poder
Mantener una independencia política estricta frente a ambos bloques neoliberales: la ultraderecha abierta y la socialdemocracia neoliberal FA–PC–Concertación. Podrán existir acuerdos puntuales y solo desde la calle, pero el campo popular no puede reducirse a “ala crítica” de proyectos que siguen subordinados a los grandes capitales y a las potencias extranjeras.
No se trata de levantar una izquierda testimonial, sino de construir un movimiento popular con capacidad real de lucha, propuesta y autodefensa de la vida, capaz de disputar territorio, producción, reproducción de la vida y sentido común, y de ir más lejos que el ciclo de la década 2011–2020.
No legitimar la suma cero: anular, no participar, organizar
Si aceptamos que todo el arco institucional —de libertarios, republicanos, Chile Vamos al PC–FA-Ex Concertación— se ha comprometido a mantener el mismo modelo, entonces este proceso electoral es, en términos de proyecto popular, una suma cero. Cambian las caras, no cambia la obra gruesa del régimen.
Por eso, nuestro llamado no es a elegir “el mal menor”, ni a ilusionarse con que un reordenamiento de ministerios variará la lógica de colonia dependiente que atraviesa Chile y Wallmapu. Nuestro llamado es a no participar o a anular el voto, como gesto consciente de no legitimación de esta democracia burguesa que ya mostró sus límites frente a la rebelión de octubre de 2019.
Pero anular o no votar no es retirarse de la política. Es negarse a seguir jugando en un tablero amañado mientras se pone la energía en otro lugar:
- reconstruir organización popular,
- disputar el sentido común hegemónico, en especial donde la lógica sobre seguridad, progreso y “orden” ha carcomido el quehacer cotidiano del pueblo,
- levantar un programa propio,
- combinar formas de lucha sociales, territoriales, culturales y comunicacionales que permitan abrir nuevos cimientos para un movimiento popular más fuerte que el de la década pasada.
Sabemos que vendrá una ofensiva intensa de la socialdemocracia neoliberal y de una seudo izquierda institucional para cooptar, dividir o reconducir este esfuerzo hacia una agenda meramente electoral. No es teoría conspirativa: es memoria histórica reciente.
Confianza en el Pueblo Organizado
En medio de todo, hay una certeza que no podemos soltar: la energía y vitalidad del Pueblo Organizado. Cada olla común, cada asamblea que se rehace, cada organización que se planta luchando, cada comunidad que defiende un río, cada colectivo feminista que sostiene redes de resistencia, sigue anunciando que hay vida más allá de la democracia burguesa.
La salida no vendrá de pactos en baños del Congreso[14] (como fue la escena entre Boric y Coloma para acordar el pacto por una nueva constitución) ni de acuerdos con directorios de empresas, sino de la capacidad del pueblo de reconstruirse desde abajo, con autonomía, con memoria y con horizonte propio.
Solo por esa vía podremos abrir una alternativa real al capitalismo, al colonialismo y al patriarcado. Porque somos del Pueblo y solo en el Pueblo confiamos.
Por la autodefensa de la Vida y la Humanidad, a construir Poder Popular Comunitario.
Solo el Pueblo defiende, ayuda y cuida al Pueblo.
[1] https://escuelapopularpermanente.cl/gaza-y-chile-en-espejo-etica-de-epoca-y-militarizacion-analisis-de-coyuntura-junio-septiembre-de-octubre-de-2025/
[2] https://acuerdocodelcosqm.cl/codelco-y-sqm-firmaron-el-acuerdo-por-el-litio-en-el-salar-de-atacama
[3] https://interferencia.cl/articulos/maximo-pacheco-la-trayectoria-empresarial-de-quien-tiene-las-llaves-de-la-industria-del
[4] https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2014/02/20/el-conflicto-medioambiental-en-antofagasta-que-salpica-a-la-ministra-de-mineria-de-bachelet
[5] https://www.elmostrador.cl/mercados/2024/01/17/luksic-matte-y-angelini-ministros-de-boric-se-juntaron-con-la-santisima-trinidad-empresarial/
[6] https://www.ciperchile.cl/2024/01/03/no-solo-grau-y-rojas-ministros-toha-van-klaveren-jara-y-valenzuela-tambien-se-han-reunido-con-empresarios-en-casa-de-zalaquett
[7] https://elpais.com/chile/2025-11-12/las-propuestas-de-jeannette-jara-la-exministra-que-lucha-por-mantener-a-la-izquierda-en-la-moneda.html
[8] https://www.fiscaliadechile.cl/index.php/actualidad/noticias/regionales/fiscalia-oriente-obtiene-sentencia-condenatoria-contra-carlos-delano
[9] https://elpais.com/chile/2025-10-22/un-tribunal-chileno-absuelve-a-los-ocho-acusados-por-el-caso-sqm.html
[10] https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/07/29/la-insolita-explicacion-del-ppd-tras-aparicion-de-sqm-como-militante-del-partido-fue-un-error-de-contabilidad/
[11] https://cchdh.cl/2025/10/18/la-comision-chilena-de-ddhh-a-6-anos-del-estallido-social-las-demandas-permanecen-aun-insatisfechas/
[12] https://www.amnesty.org/es/wp-content/uploads/sites/4/2021/05/AMR2231332020SPANISH.pdf
[13] https://interferencia.cl/articulos/yanez-y-rozas-enfrentan-la-justicia-cinco-de-los-ultimos-siete-directores-de-carabineros
[14] https://www.cnnchile.com/lodijeronencnn/boric-coloma-dialogo-previo-acuerdo-15-noviembre-van-rysselberghe_20211019/


